SEXO TANTRICO

Sexo Tántrico

 El sexo tántrico es una práctica que tiene su origen en una antigua doctrina esotérica y oriental que nació hace ya miles de años: el Tantra. Esta se caracteriza por rendir culto a los placeres mundanos de la vida, con el objetivo de alcanzar la plenitud espiritual. No estamos hablando de una religión o dogma, sino de una actitud que requiere la expansión de todos los sentidos como un acceso directo a la eternidad. Bajo esta premisa, muchos definen el sexo tántrico como la combinación del amor y la meditación a través de este acto carnal.

La ausencia de eyaculación en el sexo tántrico

Sexo tántrico

La filosofía tántrica defiende que no hay superioridad de género durante el sexo, ni distinción entre aspectos tan subjetivos como la belleza, la pureza, el bien o el mal. De esta forma, toda esa energía que el individuo transmite durante el encuentro va destinada a alcanzar el éxtasis.

Un estado que no necesita la ayuda de elementos tan recurrentes como el orgasmo, la penetración o la eyaculación para alcanzar su punto álgido. El cuerpo en su totalidad adquiere el protagonismo, al igual que todos los gestos que contribuyen a aumentar la compenetración y el equilibrio dentro de la pareja. Como por ejemplo, los besos, las caricias, las palabras, las miradas… Para alcanzar ese auge físico y emocional, es imprescindible dejar de lado los prejuicios y las prisas, además de ser consciente de nuestras virtudes y defectos.
Sexo tántrico

en el sexo tántrico «la mente deja de funcionar, está completamente feliz. El tantra es encontrar paz, serenidad, iluminación, amor incondicional, silencio interior, relajación… El paraíso esta aquí y ahora». Un estado donde la respiración y la meditación son dos aspectos de suma importancia. En definitiva, se trata de una alternativa diferente que conduce al individuo hacia una sexualidad mucho más profunda y significativa. 

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